Por: Nicolás Uribe Rueda
El concepto del buen vivir ha irrumpido en la vida política colombiana sin que muchos se percaten. No se trata simplemente de un postulado retórico para llamar distinto al bienestar o para referirse a un estado de felicidad. El sumak kawsay (Ecuador) y el suma qamaña (Bolivia), traducidos como “buen vivir” y “vivir bien”, son conceptos de origen indígena que plantean una aproximación particular del hombre con la sociedad, la naturaleza y el mercado. El sumak kawsay hace parte de la cosmovisión indígena sobre el mejoramiento social y se distancia de la idea de la acumulación de bienes materiales como determinante principal del desarrollo, integrando códigos éticos alternativos y criterios como el de la relación del hombre con su entorno.